23 de septiembre de 2009

El síndrome de Gernsback (novela inédita)

Recorté el manuscrito de la novela y saqué diez fragmentos al azar. A continuación, el resultado del experimento:
No sé. No sabía mucho de ciencia-ficción, ¿qué podía responderles? Me pedían además alguna cuenta bancaria para depositarme el dinero del adelanto. / Se cuenta que el pintor llega a una zona portuaria y rápidamente comienza deambular por los cerros de la ciudad. / Siempre me he preguntado qué clase de habilidad requiere una persona para cruzar los inciertos callejones de la poesía./ Estaba paranoico, de eso no tenía ninguna duda. «Me persiguen, a ti también te perseguirán»./ Me era difícil rechazar la oferta, considerando que las novelas se vendían casi por inercia, e inclusive, según ellos, las más demandadas eran reeditadas y eso aumentaba la cantidad de dinero que recibía un autor./ Pero termino con esos pensamientos cuando me llega una carta para que me presente de nuevo en la capital./ Podía ser un profesor demente, un emperador galáctico que agonizaba en su planeta, un mutante resentido que había sido creado en un laboratorio, una computadora con conciencia de sí misma./ Vi por ejemplo una especie de hospital donde abandonaban fetos ensangrentados y amarillentos -como la yema de un huevo- en recipientes transparentes y vidriosos./ Los consejos iban y venían, pero su cara continuaba con un aspecto lamentable. Pese a su fealdad, nunca tuvo mayores problemas para conseguir mujeres, ya que siempre aparecía alguna, dispuesta a caer rendida en el antiguo juego de las sábanas./ Mi carrera de ciencia-ficción la daré por saldada. Quizás más adelante me den ganas de publicar esas novelitas con mi verdadero nombre.