26 de septiembre de 2009

Anotaciones: 26/26

"Yo fui doncella, yo fui una rama, yo fui un ciervo y fui un mudo pez que surge del mar." Empédocles de Agrigento.
Como dijo Ibn Arabí, todo hombre debe abrirse a todas las experiencias, para llegar a ser. La vida como trampolín suicida, para tratar de alcanzar esas falsas nubes de algodón que pululan en el cielo, o quitarle la gorra a un capitán distraído. Buscar un agujero por el cual salir de esta vida, y recomenzar una nueva, al otro lado del mar, buscando las últimas ruinas de Lemuria, sumergida y sepultada hace eones en un punto incierto de la realidad. La conversación con los fantasmas, las almas errabundas que tratan desesperadamente por hacerse reales, por palpitar como fuegos fatuos en los pantanos cenagosos de la memoria. Y sí, señores y señoras, aunque no le encontremos una lógica a esas películas que pasan en cines subterráneos, buscarles entonces nosotros mismos el sentido, aún en las quemaduras de cigarro que se forman en el celuloide, esos pequeños destellos fugaces que se pasean a lo largo de las dos horas promedio que dura una proyección. El año del despegue o del colapso total. La última jugada en el tablero, el castillo de naipes que se desarma con el viento abrasador.
(Antes de los 30, tener 10 novelas escritas. Antes de los 40, haber filmado una película sobre la muerte y el tiempo. Antes de los 50, haber saltado en un paracaídas agujereado. Antes de los 60, haber fabricado un invento para fragmentar la realidad, antes de los 70, haber actuado en una película gore de bajo presupuesto, antes de los 80 haber fundado un pueblo de artistas deformes, antes de los 90, haber boxeado sobre un cuadrilátero en llamas, ante de los 100, haber conducido un automóvil sobre un lago congelado, antes de los 110, haber naufragado hasta una isla perdida de seres antopomórfos, antes de los...)
¿Qué lees Pablo?: Anotaciones, anotaciones, anotaciones.