Anoche venía caminando,
y sin darme cuenta entré a un fundo
bien viejo
lleno de fantasmas
(decían que ahí habitaban).
Unos perros comenzaron a ladrarme
y fueron dibujando en la ceniza un puñal
donde se tatuaba el nombre del difunto.
Se reía, detrás de mí, recortando cada paso;
mi sombra entró en cadencia;
los pasos magullaron y tosieron
como cadenas llenas de grilletes
que restellaban a cada cedazo
dado por las uvas macilentas.
De las sombras manaban sombras
y a ellas me fui dando
hasta opacarme
en un vendaval de abluciones
que limpiaban mis hombros, mis talones.
-Soy el que no está
el que sigue morando entre las parras
el que obedece el dictado del finado- dijo la figura.
Agarré la hoja escrita y la quemé;
atrás el fantasma se deshizo
constreñido
muerto en la letra muerta.
Respiré.
15 de septiembre de 2011
Algo
Tomas un crucero de placer en dirección a la Nada. Ahí adentro, con los bolsillos y la panza inflada, puedes mirar con regocijo las lustrosas habitaciones y la cuchillería colgando lujosa, al compás de las olas que mecen como una cuna milenaria al gran armatoste en el que viajas . Puedes ver claramente el espejo de tu mirada que se refleja en los pilares de cristal, que sostienen casi de manera orquestal el gran armazón de acero. Ahí está, la fabulosa colección de huesos achicharrados que se pasean en elegantes vestidos y camisas, y finalmente el estadillo, borrando y tatuando zonas oscuras en tu cara. Ya con eso, podrás leer el reverso de estas letras, y quemar uno a uno el nombre de tus enemigos, esos que acechan dentro del Crucero, con miradas torvas y caballeras espesas, simbolizando quizás qué rictus carnavalesco, qué sanguinarios sentimientos con jeta de vampiro.
Sueño líquido

Nadie se había percatado que ella formaba trazos y figuras en el agua. Lentamente, con su pequeño lápiz labial rojo, comenzó a dibujar unas formas aladas que le recordaban los canarios de su vecina. A medida que transcurría el día las figuras acuáticas se iban estilizando, lo cual le confería a la piscina donde se encontraba, un vaho rojizo, chapoteante, hipnótico. Convencida de que nadie la vería, se desvistió y sumergiendo sus pequeños bracitos en el agua, dibujó a un niño. El lápiz labial se deshizo, pero se dijo en medio de su ingenua soledad, de que nunca, nunca jamás, volvería a estar sola de nuevo.
En el agua el niño le sonreía.
9 de septiembre de 2011
Flor cósmica cristalizada
Oh perfección de la sonrisa
rosa geométrica del ansia,
espejo donde la nada baila bajo el brillo
nada de la nada
polvo acompañado de polvo
Ohm"
Oh perfección simétrica de la risa
paredes blanqueadas en una lis
Raídas paredes blanqueadas
azul sobre azul, lava sobre lava
Perfección del alma
del espíritu
forja hecha pedazos en un color
Color más allá arriba de la luz
Más arriba, más arriba, más arriba
Fulgor que todo lo come, perfección afilada
del cuchillo
el cuchillo entrando en la carne
una y otra vez
la mueca mutilada
flor perfecta de la sangre
Oh perfección augusta y simétrica del vacío
cárceles pendiendo de árboles
simetría oscura de la sonrisa de la perfección
Nada con nada.
Nada en la nada.
Nada bajo el brillo de la nada.
7 de septiembre de 2011
El mundo se acabará pronto y aún no eres capaz de ingresar al registro
01010010001001010101010000111111111001010101010000000000100001000000000
Iba a surgir una causa. Primero la causa, luego el efecto, en matrices divinas. Hay un color. No puedo describirlo. La iglesia primera tuvo que ser moldeada a imagen y semejanza de una forma original. La cruz, las dimensiones de su nave, la rúbrica impresa en su sello. La Iglesia reunía a la gente para transmutarle una nueva velocidad, Ahí adentro el tiempo y el espacio se fundían en un sólo self colectivo. Los sacerdotes se encargaban de generar un campo energético, los moldes, las barreras, como partituras chinas, para sincronizar la energía. En términos más simples, lo que ahí se hacía era un envío de energía a un ser indescriptible.
¿Qué es el registro?
Una flor inexistente, un espacio sin tiempo, una nave espacial sin tripulantes y a la deriva, un castillo medieval proyectado holográficamente sobre un océano de lava. Un transmisor de datos sin destinatarios específicos, la tenue vibración de la música de las esferas, un truco de magia que no posee mecanismos ocultos (un truco sin truco), el sueño de Kublai Kahn soñado antes de que existiera Kublai Kahn, millones de cartas sin destinatarios.
¿Qué es el ser?
Un acto de violencia.
Iba a surgir una causa. Primero la causa, luego el efecto, en matrices divinas. Hay un color. No puedo describirlo. La iglesia primera tuvo que ser moldeada a imagen y semejanza de una forma original. La cruz, las dimensiones de su nave, la rúbrica impresa en su sello. La Iglesia reunía a la gente para transmutarle una nueva velocidad, Ahí adentro el tiempo y el espacio se fundían en un sólo self colectivo. Los sacerdotes se encargaban de generar un campo energético, los moldes, las barreras, como partituras chinas, para sincronizar la energía. En términos más simples, lo que ahí se hacía era un envío de energía a un ser indescriptible.
¿Qué es el registro?
Una flor inexistente, un espacio sin tiempo, una nave espacial sin tripulantes y a la deriva, un castillo medieval proyectado holográficamente sobre un océano de lava. Un transmisor de datos sin destinatarios específicos, la tenue vibración de la música de las esferas, un truco de magia que no posee mecanismos ocultos (un truco sin truco), el sueño de Kublai Kahn soñado antes de que existiera Kublai Kahn, millones de cartas sin destinatarios.
¿Qué es el ser?
Un acto de violencia.
29 de julio de 2011
Grasth
Su brazo carcomido marcaba la distancia
de cada estrella fulgurante explosionando
allá detrás del hilo invisible y refulgente
-una máscara enorme y sonriente-
expelía el sudor que necesitaba
La Máquina
para crear y recrear.
Vi a los malditos golems y faunos
de la poesía chilena
siendo troquelados como muñecos en dos patas
guardados en cajas para cementerios
enterrados en los subterráneos del lugar común
-la fosa común-
¡queremos existir! Decían las calaveras
& yo les apuntaba con mi revólver y les devolvía
los ojos hacia dentro,
cuencas florecientes
pétalos de sangre,
árboles en zig-zag.
Al tercer día amanecí recostado sobre mis doscientas, trescientas, setecientas mil novelas inconclusas
mis gafas empañadas el mundo no se podía ver
brillaban otros,
bailaban en círculo junto a sus tubos de oxígeno
sus manos destrozadas por balazos
sus canciones para ancianas amnésicas y frenéticas
la literatura chilena totalmente judaizada
maternalista
materialista
sabrosa en las divisas suculentas para aquellos gordos catastróficos
y maricones anémicos
& yo
soportando el cadáver viviente de mis novelas que crecía y crecían
y se agolpaban en editoriales clandestinas
viendo como se alejaba de la realidad aquella nave
fea y mugrosa
nada esplendorosa
de muñecos troquelados
por el infierno mecánico
de las letras chilenas.
2 de junio de 2011
Monos de mar, 2
El niño Helmut fue puesto por la misma inteligencia militar, la cual llevaba mucho tiempo supervisando el retiro del Coronel Manuel Salgado, tan valioso como peligroso por las “cosas” que sabía. Al interior de la cúpula militar se estaba al tanto de la trilogía que escribía bajo el pseudónimo de Joseph Barteck, ya publicada sus dos primeras partes por la editorial Totec, la cual no vendía sus libros en ningún comercio establecido, ni por correspondencia ni por ninguna forma convencional. Había que ingresar a un círculo de lectores -bastante hermético y cerrado- y una vez que la membrecía de la persona era incuestionable, recién ahí se le permitía acceder a unas pocas obras del catálogo. No era un asunto de dinero, era de honor. La editorial Totec fue investigada arduamente por la inteligencia militar, y de no haber sido por los estrechos lazos que mantenía Salgado con ésta, jamás se habrían molestado en estudiarla. El niño Helmut fue asignado a Salgado como era la costumbre en la institución castrense, ya que todos los militares con altos grados y en retiro, tenían opcionalmente para su disposición, un criado para los servicios domésticos. Estos jóvenes eran sacados de instituciones mentales o de hogares para niños huérfanos, e incluso en ciertas ocasiones, traídos desde el extranjero de manera clandestina. Pero el caso del niño Helmut fue una infiltración desde otro tiempo y espacio, una maquinación desde otro mundo, diseñada por la Mente Artificial al servicio de intereses que irán siendo develados.
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