1 de noviembre de 2009

La Decisión




¿Cómo partir una desición?
Si el mar se parte a pedazos, y sólo quedan las vísceras de los perros
como hediendo, como balbucenado verdades
tratando de decir lo indecible
pero la víspera, el mar-ojo
la luna sangrienta de Quevedo
trata de decirme que hay ciertos golpes
que hieren la cara
como a cuchillazos
como para decirte, que los errores se pagan con el rojo
y la fantasía mayor es sólo una máquina narrativa
que rebana los versos,
corta la prosodia
trata de revelar cierta verdad indescifrable
lo que los astros, el majestuoso sol indica con sus rayos
el Loco
Las diez líneas atravesando;
Los círculos se van cerrando
los cuadrados sólo indican cuatro vértices
que convergen en falsas esquinas
ahí donde las putas y los criminales trafican drogas
donde los amantes se fundan en blanco y negro
o quizás
rouge et noir
cómo un detective en la oscuridad
espero encontrar esa yaga que carcome
el secreto del horror,
la extranjera
que no besa de flor en flor
sino que extirpa las entrañas
para leer tu Destino.

A ellla me debo.