7 de abril de 2008

La poesía debe ser como un revólver

Sólo es hermoso el pájaro cuando muere destruido por la poesía. (L.M. Panero)

1

La poesía debe ser como un revólver
que destruya a todas las rosas del jardín
y ejecute la orden del gatillo
con una simplicidad envidiable.

2

El poema como bala
zumbando en el aire con su sonido
ininteligible y accionado por la explosión
que va dejando un reguero de pólvora en el suelo
pequeños cadáveres con forma de gelatina
que dicen desde su incómoda postura
¡devuélvenos al poema, devuélvenos al poema!
Nada somos si no somos en la bala
y el poema atraviesa de lado a lado
a los monstruos que se retuercen en la mierda;
yo los miro y veo toda la nieve cayendo en el estanque
pétalos rojos se elevan de la tierra y se multiplican en el cielo
y de esa furia van explotando luces violáceas
porque un poema disparado al aire
supera la onda expansiva y colorida de mil cañonazos
y el olor putrefacto de millones de cadáveres gelatinosos en el cementerio.


3

A cinco letras estoy de completar mi bala
limpio el barrilete y lo hago girar
a pequeñas cachetaditas tiernas.
Sólo me faltan tres
amartillo mi arma
el percutor suena ¡click!
y por un momento diviso una senda de piedras en
medio de un bosque encantado
un hada pasa por mi oreja y me susurra canciones elevadas
que hacen flotar ríos en mi mente
ríos de sangre le digo.
Sólo me faltan dos
contemplo la caída de un dragón herido por la flecha
de la poesía que destruye
sus alas se baten y de sus fauces un olor agusanado
penetra con violencia por mis poros.
Sólo me falta una
Entonces, sin más preámbulos
recorto con mi arma la mitad de mi cabeza que palpita.