Cuidado hermano
con la
fragancia de los perfumistas
el de los
harapos, el de la esquelética mirada
el que
viste como dicen que visten
los reyes caídos
y los visires destronados
—torres en llamas, alacenas quemadas
mordiente
de hierros y polvos estelares
¡Ah! Dime, querido
hermano
¿no es
hermosa la fragancia
hecha de
corteza de árboles, gusanos
sangre
fresca y tinta negra?
Cuidado con
los perfumistas
Y sus
venenos y sus tirrias.