21 de enero de 2015

Víctimas del azar

Ya había girado esa roca
para encontrarme con laberintos de palabras
personas a veces, con las caras henchidas y negras
pintadas de payaso.
La realidad me otorga la salida
hoy,
como una ironía del robótico destino
tu cara multiplicada con los fragmentos de todas las otras olvidadas
o que se han empeñado en olvidarme
como si fueran estrellas cosidas al cielo
galaxias cayendo en el firmamento
para desaparecer en la nada.

Qué ironía, que aparezcas y regreses nuevamente
y todos mis fantasmas seas tú
(y no te das cuenta)
y tan tenue, avanzando descalza
por entre los pájaros y la rosa de Góngora
y el pálido amor de Elizabeth Browning
no hay más que tu mano alzada
y la mía, empuñando el revólver de la vida.
apuntándote a tus labios
tus ojos cristianos
clavados a los míos.