Me dice que crecerá en mi solapa
y que me devorará esta noche.
La garganta ácida se cerrará para siempre
y mi corazón maltrecho explotará
como bolas de cristal
rebotando en una fuente de vidrio.
Cenizas en el lozadal, mierda más mierda
una metralla que me quiere disparar
una mano enguantada
que busca arrancarme los ojos.
El botón amenaza con florecer;
quédate quieta rosa negra
vuelve a perecer en la página del poema
muere con mi mano que te escribe.