19 de abril de 2008

La flor pánica

Me dice que crecerá en mi solapa
y que me devorará esta noche.
La garganta ácida se cerrará para siempre
y mi corazón maltrecho explotará
como bolas de cristal
rebotando en una fuente de vidrio.

Cenizas en el lozadal, mierda más mierda
una metralla que me quiere disparar
una mano enguantada
que busca arrancarme los ojos.

El botón amenaza con florecer;
quédate quieta rosa negra
vuelve a perecer en la página del poema
muere con mi mano que te escribe.

13 de abril de 2008

Flor de hielo


Darle una nueva mitología a una ciudad sin pasado, fue lo que caviló muy detenidamente el Poeta en medio de la carretera. El bus seguía avanzando a la par de la frenética marcha de autos y carros antibombas. Los peajes no hacían presagiar en nada el dilatado destino del Poeta, que enfilando su memoria por entre las páginas de un libro, observaba de reojo a una pareja que en la oscuridad se metía mano. Más atrás un borracho empinaba inescrupulósamente el codo. El bus seguía avanzando. En medio de una detención policial en la que se apagó todo vestigio de pánico, el Poeta se tatuó con su lapicera el dibujo de una flor.
.
Esta es mi flor de hielo, la mayor de todas las anacronías que se yerguen por sobre mi cabeza.
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* Todo esto está referido con mayor precisión en la Novela Ininterrumpida, en donde Manuela Galdós escribe desde el fondo, en el mismo bus en el que viaja el Poeta, y con lentas palabras anhela y anida el vuelo de un pájaro en su corazón: el mismo pájaro que salió de la caja de Pandora: La Esperanza.
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** El Poeta es un doble de Pablo Rumel. La semejanza estriba en que no se parecen en nada, ni siquiera en el físico, o en la manera de escribir, con el autor de este blog.

7 de abril de 2008

La poesía debe ser como un revólver

Sólo es hermoso el pájaro cuando muere destruido por la poesía. (L.M. Panero)

1

La poesía debe ser como un revólver
que destruya a todas las rosas del jardín
y ejecute la orden del gatillo
con una simplicidad envidiable.

2

El poema como bala
zumbando en el aire con su sonido
ininteligible y accionado por la explosión
que va dejando un reguero de pólvora en el suelo
pequeños cadáveres con forma de gelatina
que dicen desde su incómoda postura
¡devuélvenos al poema, devuélvenos al poema!
Nada somos si no somos en la bala
y el poema atraviesa de lado a lado
a los monstruos que se retuercen en la mierda;
yo los miro y veo toda la nieve cayendo en el estanque
pétalos rojos se elevan de la tierra y se multiplican en el cielo
y de esa furia van explotando luces violáceas
porque un poema disparado al aire
supera la onda expansiva y colorida de mil cañonazos
y el olor putrefacto de millones de cadáveres gelatinosos en el cementerio.


3

A cinco letras estoy de completar mi bala
limpio el barrilete y lo hago girar
a pequeñas cachetaditas tiernas.
Sólo me faltan tres
amartillo mi arma
el percutor suena ¡click!
y por un momento diviso una senda de piedras en
medio de un bosque encantado
un hada pasa por mi oreja y me susurra canciones elevadas
que hacen flotar ríos en mi mente
ríos de sangre le digo.
Sólo me faltan dos
contemplo la caída de un dragón herido por la flecha
de la poesía que destruye
sus alas se baten y de sus fauces un olor agusanado
penetra con violencia por mis poros.
Sólo me falta una
Entonces, sin más preámbulos
recorto con mi arma la mitad de mi cabeza que palpita.